La Contemplación Taoísta

El adepto a la filosofía taoísta busca vivir en armonía. Esta búsqueda lo orienta a descubrir la naturaleza de las cosas; una naturaleza exterior (captar el ambiente, relacionarse con su medio, comprender las reglas intrínsecas que se manifiesta en los actos de los seres vivientes) y una naturaleza interior (fundamentalmente la conciencia de sí mismo unida a  la percepción de los sentimientos más profundos, todo ello a través de la meditación).

 

El taoísta desenvuelve esta búsqueda por medio de la lectura, la contemplación, o artes prácticas. Estas artes o métodos desarrollan una disciplina en la cual la flexibilidad, la relajación, la sutil suavidad de lo percibido se integra con el practicante; se desarrolla una visión única, un sentimiento firme de serena armonía universal.

Esta práctica se define como empatía: una forma intuitiva de conexión (entre lo consiente e inconsciente) en la cual la observación va causando una resonancia que hace activar en el interior una plenitud espiritual en continuidad y paz.

Este periplo lleva a la fusión con la fuente original: el Tao

 

La contemplación

 

Toda persona puede abordar con sencillez el taoísmo tradicional y no religioso. La contemplación es uno de los modos para empezar a percibir los beneficios de la serenidad interior, propia del taoísmo. Si bien se requiere de instructores especializados para los trabajos más complejos y acabados de la meditación taoísta podemos sugerir algunos iniciales:

 

Si desea ejercitar el taoísmo practico, comience por disponer de un Instante Vital. Seleccione un momento del día donde debe suspender todo quehacer cotidiano, claramente determinado y con una oportuna duración (siendo recomendable que la misma no sea menor a 15 minutos).

 

Seleccione un Espacio Sagrado. Busque un lugar propio donde ubicarse y establecer con comodidad el Instante Vital, adicionando quietud, silencio o reducción de sonidos o ruidos estridentes (sobre todo en los momentos iniciales); no debe olvidar que debe estar bien aireado, con luz natural, tenue o suave pero que permita leer, dado el caso. Los maestros recomiendan la colocación de un Tan; otros en cambio al poseer un jardín de ciertas condiciones, le dan el destino de ser el lugar para la práctica de la contemplación.

 

Ubíquese en el espacio y proceda a relajarse y a descontracturarse (que, en el caso de poseer un método especifico, puede limitarse a adquirir una posición cómoda y quieta). La posición sentada con las piernas cruzadas es recomendable, siempre con el cuidado que la espalda no se vuelque hacia delante, para lo cual es útil un almohadón pequeño y muy firme. Inicie la Respiración Consciente: cierre los ojos, con la boca cerrada, respire muy suavemente, cual si estuviera oliendo una flor. Es útil usar el tradicional método de apoyar la lengua en el paladar, justo detrás de los incisivos, para este tipo de respiración. Escuche o perciba con atención la respiración en el movimiento a través del cuerpo. Realice no menos de 5 inspiraciones-expiraciones conscientes.

 

Proceda a realizar una Mirada Interior: construya con la imaginación una escena propia de tranquilidad, diséñela con detalle, trate de identificarla con aromas y sonidos conocidos o guardados en la memoria. Algunas escuelas y líneas muy tradicionales utilizan en este paso la lectura de un poema, un texto clásico taoísta u otra obra símil, no muy extenso para disparar o provocar la Mirada Interior.

Es muy importante que al culminar este momento de plenitud y descanso espiritual, antes de retirarse a las tareas cotidianas, se realice un Saludo Ceremonial. Esto no se refiere a un ritual externo o  superficial, sino a un gesto de correspondencia con el propio interior espiritual. Es una reverencia a sí mismo y a la intención de perfeccionarse en la armonía del Tao. Los practicantes más interesados en las artes taoístas utilizan el modo de cerrar el puño derecho y abrazarlo, rodearlo, con la mano izquierda, seguido de una mínima inclinación. De no conocer o interpretar el modo, lo importante es el sentido de gratitud consigo que se debe dedicar en este paso.

 

 

Algunas recomendaciones útiles son usar una ropa cómoda y suelta para la contemplación y aromatizar (con inciensos, flores o aceites, por ejemplo) el lugar antes de hacer la Respiración Consciente.

 

 

 

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