En la mayoría de las civilizaciones antiguas el cabello largo fue siempre un símbolo de fuerza, dignidad, honor y libertad. Si observamos los antecedentes históricos de las diferentes culturas ancestrales que habitaron a lo largo del planeta, veremos que en la mayoría de ellas hasta ciertas épocas tanto hombres como mujeres mantuvieron sus cabellos largos.
En diferentes partes del mundo el cabello largo fue considerado símbolo de honor y poder, muchos antiguos guerreros dejaban crecer su cabello bien largo, considerando incluso como vergonzoso el hecho de perderlo. En algunas culturas el cabello corto podía llegar a representar esclavitud y sumisión, siendo el cabello largo un elemento simbólico de los personajes más poderosos como reyes, sabios o grandes guerreros.
Bien conocido es el ejemplo de los nativos americanos, quienes consideraban la cabellera como un símbolo de poder y libertad, pues muchas de estas tribus solían cortar la cabellera de los vencidos al ganar una batalla.
Se pueden encontrar también referencias bíblicas sobre el místico significado que guarda el cabello, como en la historia ya muy conocida del nazareno Sansón, de fuerza sobrenatural atribuida al largo de su cabello. Cuenta la historia que Sansón sólo pudo ser vencido una vez su pelo fue cortado.
También en el hinduismo se entiende que el cabello largo ayuda a aumentar el desarrollo de la energía primordial y mantenerlo largo ayuda a mantener la tranquilidad, potenciar la vitalidad y desarrollar la intuición.
En la cultura del taoísmo, el pelo se considera como una extensión del sistema nervioso, entendiendo que los pelos son una especie de hilos sensitivos que funcionan como antenas, percibiendo la energía del entorno y transmitiendo la información al cerebro. Estas antenas actúan como conductos para lograr captar una mayor cantidad de energía cósmica. Según la región del cuerpo el pelo tiene diferente capacidad de percepción, considerando que el pelo de la cabeza es el que recibe mayormente la energía del sol (Yang) y el pelo de la barbilla el que recibe la energía de la luna (Yin). Se advierte además que el cabello largo ayuda a producir a una mayor cantidad de energía física, mejora la resistencia e incluso dota al cerebro de una memoria más eficiente, ayudando también a cultivar aspectos del carácter como la paciencia, indispensable para facilitar la evolución en los procesos mentales que conducen a la meditación y la visualización. El cabello largo impide además que las ondas dañinas del entorno puedan afectar en mayor medida a la mente, la cual puede mantenerse alejada de sufrir de una actividad emocional descontrolada.
La cosmovisión taoísta entiende que el pelo posee energía electromagnética, es sensible a las percepciones más sutiles del entorno, capta la energía que hay en nuestro alrededor y estimula la transmisión de esa información exterior al centro mismo de nuestro cerebro, donde se ubica la glándula pineal. El hecho de cortar el cabello altera también el proceso de transmisión de luz por los poros del cráneo hacia la glándula pineal, y esto afecta directamente a la actividad del cerebro.
La glándula pineal fortalece el sistema inmune, aumenta la creatividad y es también responsable de liberar diferentes hormonas, como la melatonina que nos ayuda a retrasar el proceso del envejecimiento contribuyendo al funcionamiento del reloj biológico del cuerpo humano, además de ser un potente antioxidante que brinda cierta protección contra los efectos nocivos de las toxicidades del oxígeno y de la radiación. Esta glándula es apreciada como el lugar en el que se forman todos nuestros pensamientos, el asiento principal de nuestra alma. La activación de la glándula pineal resulta fundamental para el desarrollo de las funciones intelectuales superiores, pues las percepciones de carácter espiritual hacen aumentar también la emisión de energía electromagnética emitida por el cerebro al medioambiente exterior. Con los equipos medidores de hoy día, está ya más que comprobado que cuanto más largo sea el cabello, más amplia es la energía electromagnética que irradia el cuerpo humano.
La ciencia moderna ha descubierto también que el cabello largo aumenta la producción de líquido linfático y líquido cefalorraquídeo a través de los dos conductos de la parte superior del cerebro. Además, el cerebro necesita de vitamina D para absorber también fósforo, calcio y metales, la vitamina D protege al cuerpo humano de graves enfermedades y es un elemento esencial para los huesos, los dientes y para el sistema nervioso. Varias investigaciones han demostrado que cuanto más largo es el cabello mayor es la producción de esta vitamina D, la cual se crea a través de la interacción del sol con el aceite natural del pelo. El pelo cortado consume además mucha más proteína del cuerpo humano, porque ésta tiene que ser gastada en el proceso de crecimiento de más pelo, mientras que el cabello cuando ya es largo ralentiza enormemente su proceso de crecimiento, por lo que deja de consumir tanta proteína. Nuestro cuerpo debe proporcionar una gran cantidad de energía y nutrientes esenciales para hacer crecer el pelo continuamente cortado.
La mayoría de las antiguas ciencias médicas indígenas revelan que una de las causas del resfriado crónico es el corte del cabello y asimismo en muchas crónicas del siglo pasado se cita que las personas con pelo largo son menos propensas a padecer ciertas enfermedades. Además el pelo tiene la capacidad de hacer regular la temperatura corporal con las variaciones climáticas, pues el pelo es un buen conductor del calor y el frío para la cabeza y el cuerpo.
Por alguna razón tenemos el pelo en la cabeza más largo de todos los mamíferos, y a diferencia de otros elementos que se han perdido con la evolución, el cabello en la cabeza ha permanecido e incluso se ha incrementado. Esto demuestra que el cuerpo humano trata continuamente de incrementar el pelo en el área superior, pues con él nuestra naturaleza nos brinda la capacidad de recolectar varios minerales.
Todos estos datos nos muestran que el cabello largo es ciertamente importante para nuestro bienestar tanto físico como mental.
Por supuesto que estos datos científicos no han sido tan detalladamente conocidos a lo largo de las tradiciones ancestrales, pero no dejan de ser, como tantas otras veces, una verificación mas de cómo la ciencia acaba siempre por reconocer de una manera u otra que muchas de las tradiciones antiguas tienen un fundamento de absoluta coherencia biológica que va mucho más allá de ser una simple tradición folclórica. Pero así es como funciona la mentalidad en el mundo contemporáneo occidental, hasta que la ciencia ‘oficial’ no le pone nombre y apellidos a la naturaleza de los acontecimientos, no se quiere reconocer que éstos ocurren realmente. Aun así hemos podido comprobar a lo largo de nuestra historia mas reciente cómo muchos santos, científicos, filósofos y grandes pensadores de diversas partes del mundo conservaron durante su vida los cabellos largos, e incluso las barbas. Sin necesidad de poseer datos científicos para tener una razón para ello, este hábito seguramente les llegó naturalmente debido a esa coherencia biológica.
El moño taoísta (道家发髻)
En la cultura del taoísmo, derivada de tradiciones chamánicas de la antigua China, el pelo largo es desde siempre un hábito común para sus adeptos, pues éstos han sabido entender desde la antigüedad las señales que el pelo nos expresa, desde las más sutiles a las más fácilmente perceptibles, como cuando estamos en condiciones de alerta y nuestro pelo se eriza automáticamente, intentando captar y reconocer el máximo de energía de la atmósfera, mecanismo que nos permite enfrentar situaciones de peligro con más atención y valentía.
Podemos ver también cómo en la cultura del taoísmo y en especial entre los practicantes de sistemas de cultivo interno, suele recogerse el pelo en la parte superior de la cabeza en forma de moño o `Fa Ji’ (发髻), así como también ocurre en el hinduismo con su nudo `Rishi’. El moño taoísta se recoge concretamente sobre el punto más alto del cráneo, punto conocido como `Bai Hui’ (百會). Éste es, además de un punto importante para calmar el espíritu, un punto de encuentro de los canales Yang del cuerpo, una puerta energética para abrir la comunicación con las energías del cielo y un punto para activar la pequeña “circulación celestial” que describen los canales de Renmai y Dumai.
Siguiendo el principio de entendimiento de que los cabellos actúan como antenas para captar mejor la energía del entorno, o energía cósmica, el practicante taoísta recoge sus cabellos formando una espiral justo encima del punto Bai Hui, de esta manera se crea una bobina de pelo que amplifica todavía más esa capacidad de captar y recolectar las energías sutiles celestes. El moño taoísta se puede recoger en diferentes formatos como pueden ser los modelos de Taiji Ji (太极髻) o Hun Yuan Ji (混元髻), según la forma de envolverlo. En ésa la bobina de pelo se clava entre medio una horquilla o `Zanzi’ (簪子) de madera o jade, generalmente tallada con algún tipo de simbolismo, como por ejemplo un dragón, pues el dragón es el símbolo espiritual que representa la esencia que emerge a partir del conocimiento consciente.
© Alex Mieza ‘Zī Xiǎo’ (资晓)
16th Generation Wudang Sanfeng Pai
武当三丰派第十六代西班牙传人
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Artículo publicado en ‘ElBudoka’ revista pionera de habla hispana de Artes Marciales: